Destino, Realidad o Casualidad
La nada, ese algo
sin sentido, fue el culpable de hacernos saber la belleza de ambos. Misma que el
destino hizo confabular cada noche junto con los sentidos para enfocarnos en un
mar de dudas, en donde las respuestas se han ido develando ante nosotros por el
mismo conducto por el cual los juegos de azar y un ludópata ganan.
El azar mismo que
poco a poco nos hizo ver el reflejo de nuestros cuerpos en las pupilas de cada
uno de nosotros es dominado por una sola cosa: el querer querer y saber que se puede querer
siendo querido sin importar la casualidad, las distancias y los prejuicios.