miércoles, febrero 23, 2005

Para aquella por la que palpita y vive mi corazón

COMO EL VIENTO POLAR
Al salir y verte ahí posada sin ninguna persuasión
aparente, te observo, te admiro, al mismo tiempo que siento el viento frío quemar mi nariz
Así como eso viene y se va… así como siento tu presencia; así como veo que todo pasa a través de mí y no por mí.

Tú tan excelsa con tu belleza tan sutil e inverosímil, eres la que me deja un poco de calor cuando sólo, yo, en la gran y fría inmensidad me pierdo a sí mismo.

Sin llegar a nada, sin ir a ningún lugar, solo viajo pero estando en el mismo lugar, tanto el titiritar como mi sentir se dispersan cuando tú estás y a la vez no estás; sólo creo que todo se congela cuando tú estás conmigo, de tal manera que todo se quiebra en mí, en mi ser, y en mi corazón.

El cual sólo palpita con tu calor, pero mi frío es tan infinito que ni tu calor podrá entonces hacerme palpitar, quedando así congelado como cuando tú no estás.