Las personas y el manto estelar

Heme aquí bajo el cobijo del viento y la enormidad del cielo
Pensando en los ayeres y días futuros, ésos que confabulábamos
Desaparezco entre las sombras y mis  ojos se elevan en el zenit junto a Pólux, Geminorum
Y sin embargo, todo sigue igual, cada uno lucha con sus demonios
Aunque el vacío de la soledad nos lleva al punto en donde por primera vez nos vimos

Y las personas, como las estrellas en conjunciones, se vuelven a encontrar

Y viajo nuevamente en insuperables sueños que no tienen final
Y el amanecer llega llevándose, a veces, el dolor que suele permanecer  
La mente se conecta y la vida sigue creando errores por pasar
Y sin embargo, todo suele seguir igual, cada vida sigue rumbos sin cesar
Las almas ascienden y brillan en la noche, siempre de forma peculiar

Y las personas, como estrellas fugaces, con nosotros vienen y se van

Entonces recuerdo cómo quería decirte eso que nunca dije
Y es que las acciones no siempre dependen de uno, ni de otros
Pasa el tiempo y los recuerdos se hacen traslúcidos como el agua de la lluvia
Y el nerviosismo queda aún cuando sé que no te veo y cuando sé que me ves
No obstante, tus imágenes son como los silbidos del viento de invierno

Y las personas, como estrellas supernovas, explotan y cambian para siempre

Y leo entre líneas esos suspiros que solías dar
Pienso en los mares con las olas sin igual, tal como tu sonrisa espléndida
Y la muerte será, quizá, la única que sepa quienes se han querido y dejado de querer
Y es Dios el único testigo de lo que siempre esperé y dejé de esperar
La vida es infinita como el amor y el desamor que en ella se da

Y las personas, como las estrellas múltiples, con otros sus vidas harán brillar