Los Juegos de la Vida

Los juegos son y serán parte de la vida misma, no tienes que preocuparte por ello.

Creo que el juego más perfecto del universo es éste en donde cada día te creo versos sin igual, dejando parte de mi sentir en cada párrafo, el juego en el que muchos, siempre, quieren ganar pero que muchos -todos- fallan alguna vez.  Y a este juego se le agrega el premio más preciado quizá por cada uno, el amor.

El amor que en sí es un juego de dos, sincronizado entre las almas, los cuerpos y los versos hilados por los besos. No obstante es el juego más simbólico y, tal vez, el que más ludopatía sé que me crea en la mente.

Este juego en donde la apuesta más simple va de un verso a un beso, para luego perder hasta la vida, o ganar un renacer en el crepúsculo del placer. Este juego es de los más hermosos, de los que más miedo da pero que más aprendizaje deja.

Y puede ser que los riesgos del juego que te describo sean tan grandes como los sentimientos que nos unen, pero sus regalos serán más inmensos, bellos de forma inverosímil. Tal juego sé que podríamos jugar, aprendiendo de cada uno cómo las piezas y las imágenes a formar.

A su vez, y antes de eso, también tendríamos que conocer nuestras más lindas estrategias, fundirlas y crear un ente que sea invencible ante las acciones cotidianas del tiempo.

Entonces, te invito a que juguemos, dejemos las distancias y unamos las fragancias de las almas cercanas a nuestros cuerpo. Hagamos un juego donde sólo ganemos nosotros dos.

El único juego donde seremos lo que nosotros queramos y definamos.

Apostemos y ganemos, eso que añoramos y que también deseamos.

Solamente juguemos solos. Tú y yo.