lunes, enero 09, 2012

Jugando Creamos para Recrearnos

De nuevo, postrado en la inmensidad de lo que sé y me falta por saber, pienso en lo tanto que quiero saber de ti. Me lleno de pensamientos de dónde estarás, qué será de ti ahora y cómo podremos seguir...

Muchas cosas que sé, hacen que sepa que eres única y que sepa que podré seguir sabiendo de ti, cada día, cada noche, cada amanecer y cada alba.  Cada momento anterior me recuerda que escribiré algo para ti, y que cada letra finalmente me acerca más contigo. Indudablemente los juegos del amor son los más complejos que se puedan delimitar, quizá, ese juego es un grupo de reglas, de otorgamientos, sentimientos y sensaciones que nunca un ganador deja al azar.

Sin embargo, aunque muchos no crean, aunque tú sientas extraño, al amor, y aunque yo haya sido casi destruido por el mismo, no puede aferrarnos a desaparecer sin saber de él. Entonces, pienso, qué tanto tendremos que saber, cómo podremos conocer las más lindas percepciones, sin siquiera querer quererlas.

Cómo podríamos mantenernos siempre bajo máscaras que unan a la gente y deshagan las ilusiones, qué tanto tendremos que pasar para saber las impredecibles constantes de la unión humana, aquellas que sé que piensas y que podrán unirnos.

Y puesto que no hay disfraces que envuelvan nuestros condicionamientos, sólo hay pensamientos iluminados por miles de puntos brillantes del cielo y por la Luna, que como un gigante espejo, refleja el brillo de tus ojos, los cuales quisiera ver cada día. Mas sé que la Luna se esconde y deja de brillar, por ello, yo a los astros siempre les pido que tu luz hagan brillar, sólo para que así, miles de suspiros y versos se hagan presentes en tu propio universo, donde eres un Sol que irradia vida sin cesar.

Y puesto que sé que eres un Sol, no habrá necesidad de que te hable de la Luna o que te ilumine con mis preciadas estrellas, sólo sé que mis versos me acercarán a tu calor para fundir esos miedos que comúnmente suponemos. Y como un gran cometa recorreremos los caminos apareciendo con unos y con otros para con nuestra luz demostrarles qué tanta felicidad podemos derrochar.

Y sí, aunque viajemos, estemos juntos o lejos, la luz que tenemos nos acercará a nuestros más finitos sentimientos.
Y aunque los sentimientos parezcan luchas banales, la fuerza de nuestras vidas unirá cada una de nuestras partículas por explotar.

Entonces, no habrá miedos, no habrá concepciones que delimitar, no habrá Lunas Llenas que esperar, porque juntos los caminos vamos a conquistar.

Caminemos, y creemos lo impensable, tú y yo.