Confusiones de la Vida

Y sí, la vida puede ser una gran confusión, la cual, con las acciones vividas se va consolidando para quedar como una  respuesta que se resuelve con la parte de un todo.

Y también, como tú, me confundo. Pienso en la lindura de las respuestas y las historias que me pides, pienso en cada momento en que tus ojos esperan cada frase y grupo de letras, pero pienso más en el momento que, sumamente nervioso, feliz estaré de apreciar tus sonrisas. Y sé que para verte tendremos que superar la confusión de los sentidos, ésos que te hacen leerme y esperarme cada día, ésos que me hacen crearte historias fantásticas, ésos que unirán nuestros sentimientos.  

Por ello te insisto a que tomes estos versos a modo de acceso unificador del alma, que será parte del inicio de un nuevo reino y el camino directo al saber, saber que dejará y apartará toda duda que se imponga en nuestro camino, saber que dejará que la inmensidad de nuestras mentes este sólo concebida para entender lo que nos queremos decir. 

Y entonces, ¿creo que ya estamos listos para responder y definir las interrogantes que más extraordinariamente nos harán vivir? Sabes de mis mundos infinitos y de las estrellas que pongo a velar y cuidar tu noche, sabes de las letras e historias que te creo... y si quieres sabrás todo de mí.

Asimismo, quiero tener la oportunidad de crearte realidades, mundos perceptibles a los ojos de cualquiera, luces deslumbrantes y sonidos que hagan eco en los desiertos de la enormidad humana, la cual me puso aquí para escribirte una vida. 

También, deseo escuchar la tesitura de tu voz, sentir la lindura de tu piel y observarte fuera del entorno literario, donde nos hemos refugiado y nutrido ambos para hacernos fuertes, no obstante, la fuerza se desvanecerá y se convertirá en un unísono suspiro que hará creíble y seguras las más dudosas acciones. 

Y con esto, aclaro, no se perderían las intensas historias de belleza, ni los grandes poemas, sólo transformaríamos los instantes, espléndidos, para confabularlos y aprehenderlos de otra forma. 

Y no me afectará el hecho de no escribirte tanto, no me afectaría el no leer y releer tus diálogos, porque cada uno de ellos, cada una de esas aventuras, las estaremos viviendo juntos. 

Las letras estarán vivas y viviendo junto a ellas viviremos nuestros versos. Tú y yo.