sábado, marzo 10, 2012

Las distancias no distantes


Y mientras las nubes juegan a esconderse a los siempre iluminados astros, reflexiono sobre uno de los grandes errores que aquejan a mi vida, y seguramente a la de muchos. Esta injusticia no es parte de una acción o una falta de atención mía, y no es que quiera disminuir mi capacidad humana para ser idiota, sino que este factor, el que ahora me concierne, es parte de la separación y complicación de las almas. Me refiero a la ubicación geográfica en donde estamos, la misma que ha definido mi entorno y familia.

Claro, muchos pensarán que yo hubiese querido nacer en lugares con mucha prosperidad económica y linda gente, puede que sí, mas habría querido estar junto a toda la verdadera familia que malamente seleccionó el destino, y a la vez, separó.

Puesto que las tierras del Tequila, México, fueron las que me vieron nacer; la nación del tango y el vino, Argentina, siempre me ha estado esperando. Y es que, la mezcla sociocultural que las familias pueden tener, determinan también el tipo de vida y los anhelos dejados al azar en los días y los aviones. Y de recuerdos y postales se llena la mente, más si uno es parte genealógica de un abuelo ucraniano, abuela italiana, padre argentino y madre mexicana. Es difícil y lindo también.

Debido a este error divino o del destino es que también, solo y a veces, no quisiera estar aquí, incontables personas se han quedado o se quedan a miles de kilómetros creyendo en lo sólo imaginable y viendo lo casi increíble que sería estar cerca. Sin embargo, lejos están…

Entonces, sólo en recuerdos, letras e imágenes es como la vida paso sin ti, sin mí, sin nosotros, sin ellos. Años y años pasan y pasarán y sólo las esperanzas de verte o saber de los demás, harán de mis amaneceres y de mi alma, ver al extranjero o ciudadano indistinto.

A pesar de esta contrariedad de la vida, sé que constante, por el fin de mis días estarás. No habrá más que mirar los horizontes, verificar los sonidos del viento y el musitar de cada pájaro al piar, ellos nos dirán los mensajes que los sueños y pensamientos no nos lleguen a ser entendidos.

Ni las distancias, ni la fronteras limitarán eso que la razón y la mente lleva a dónde sea, los sentimientos y mensajes vivirán y nuestras vidas fluirán, incesantes como las circunstancias que nos unieron.

Lejos o cerca, seremos todo lo que queramos ser.