sábado, febrero 11, 2012

Las Rutas de la Felicidad


Y luego de olvidar y saber del pasar del tiempo sólo recordamos las sonrisas, las cuales nadie omite ni desprecia. Aunque no sintamos nada más, aunque no veamos de nuevo un brillo invisible y sólo nos miremos con desapego, las sonrisas que esbozabas al estar conmigo, sé que nunca se borrarán, del mismo modo, las demás personas nunca olvidarán la felicidad que con otros, a momentos, vivieron.

Incluso recordando sonrisas y felicidades, es complejo seguir manteniendo amistades, que antes fungían como amantes. Es difícil, cambiar la mente, dejar de pensarte y de querer alegrarte, como solía hacer. Pero igual sé que has de pensar, en las alegrías y los besos robados, ésos que sólo yo pude quitarte. Sé que sabes que ciertos días te pienso, como sé que no sabes que cuando te olvido pienso en tus sonrisas.

Y todos, sin excepción, hemos de pensar en alguien que nos hizo feliz, cosas que nunca se olvidarán y que quedarán en fotos, olores, sabores, colores, amaneceres, estrellas y dilemas que compartíamos y se disiparán. Eso queda, pasa y nos hace aprender a vivir.

Entonces, en la agonía de los días pensaremos en las cordialidades para sólo poder enfrentar los sucesos que la vida nos trae, veremos las imágenes plasmadas en el centro de nuestra mente y reviviremos para tener más fuerza y triunfar.

Cada acción, cada error y cada vida vivida y por vivir nos da la fuerza para describir y dar alegrías, aunque casi siempre queremos ser más felices y evitamos a otros ser felices.
Uno puede –y suele- ser más feliz al ver otros ser felices, simple cuestión de vida.