jueves, febrero 02, 2012

Las Vicisitudes Humanas

Y sí, muchas veces nos sentimos engañados y decepcionados, de otros, de la vida, pero lo peor es cuando uno está engañándose a uno mismo. Pero, ¿es esa la verdad que pensamos que es de nosotros o nosotros pensamos que nuestra verdad es así como nos vemos?

Y sé qué tan triste estarás, cómo las noches verás y en dónde tus sueños empiezan y terminan en tu pensar, sé qué tan mal puede ser las cosas que percibes, lo tanto que sabes y que al final no sirve de nada, sé que las consideraciones de unos y las de muchos a veces están en contra de ti, pero eso sólo es por unos momentos.

Entonces, me dejo llevar por tu sentimentalismo, tu decepción y depresión, me hundo en el río tranquilo en donde las aguas más profundas, a pesar de estar frías, corren con una viveza infernal.

Y transformándome en eso que está en tu mente cada día, cada noche y en cada sueño, infiero tu pasado, tu presente y tu porvenir, visualizo eso miedos por pasar y la vida por amar que tendrás.  Por eso, la misma vida que te hizo entristecer, será la misma que te dará alegrías, si es que las quieres ver.

Agonizante y delirante serán los días de tu depresión, sin embargo, serán los mismo que llenarán de conceptos las ideas inconclusas, las que muchos no saben ver, que tú sólo notas y que yo reordenaré junto a ti.

Mensajes divinos veremos, no los que dictan los cánones de los clérigos de la nación italiana, no las leyes del Toráh, no serán los rezos de las mezquitas, será un pensamiento enlazado, aquel que sabes que nos une en una eternidad, ése que te dejará renacer y volar como el Fénix, hacia la realidad.

Dada la iluminación omnipotente, conoceremos y describiremos las más hermosas virtudes, descifraremos los más complejos problemas del pensamiento, pintaremos de sonrisas las vidas de los incautos y desprevenidos, y daremos alegrías que culminarán en una explosión celestial. Tal como el cielo estrellado que te dibujo cada noche.

La vida es una tristeza, una alegría, una penumbra, un querer, un odio, un anhelo, es eso y más, pero mi vida es tuya y la tuya es mía. Somos la gloria humana y la fe del querer. Somos nosotros, sólo tú y yo.