miércoles, marzo 28, 2012

El Saber Y La Realidad


El Universo, aunque aislado, tiene un orden y equilibrio, no hay nada dispuesto en un punto sin aparente sentido. Siempre hay porqués, sólo habrá que encontrarlos.

Y aunque teóricamente todo tiene respuesta, hay actos y consecuencias que no debemos buscar conocer o describir. Entre más extrañas cosas innecesarias se sepan, mayor será la confusión ante la percepción de lo que nos serviría realmente distinguir.   

El descubrir los más grandes y raros sucesos siempre conlleva a entender cosas imposibles de creer, pero certeras al soñar. Pero lo más difícil de investigar es la propia condición de nuestro cavilar.

Sí, el premio más preciado por el análisis mental es la mismísima felicidad, ese riesgo casi incalculable lo hace algo sencillo y complicado a la vez. No obstante, vale la pena querer ser feliz realmente, no condicionando este sentimiento a las condiciones geográficas o económicas que pueden acontecer.

Incluso, aunque las cosas inverosímiles de la psique nos hagan sentir mal o más que bien, siempre habrá un equilibrio que perdurará en las conciencias ajenas, las cuales por su origen recrean la más desconsiderada condición del caos finito.

Y es, pues, que las condiciones de cada imagen de lo que nos parece equívoco, es precisamente así porque en incontables ocasiones no sabemos conocer, ni deseamos aprender lo posiblemente comprensible, y por eso, fácilmente, terminamos diciendo que algo desconocido es algo erróneo.

Entonces, el camino hacia una verdad menos falsa y una condición moral y humana más integra se encuentra en el conocimiento, aquel que está plasmado en los libros y en los ecos de las aulas de clase.

El conocimiento es la parte esencial que develará parte de las incógnitas del diario pesar de la sabiduría personal y la prosperidad.

Y queda sólo saber si el saber cada vez más te hace feliz o te ofusca por ver las realidades casi como son.