martes, marzo 27, 2012

Encontrando La Felicidad


Durante los días de la vida hay acciones que nos revaloran y otras que nos denigran, y entonces es cuando viajo en aquellos momentos que por fugaces que sean, siempre recordaremos.

Siempre uno ve personas con diferencias y problemas pero casi nunca consideramos lo que tenemos, nos pasa y nos deja de suceder. Y ante esta presuntuosa condición que recae en todo ser humano, sólo queda aprender desaprendiendo y aprehendiendo.

Y con esto, difiero, pero dime, qué será eso que más dejamos de valorar por revalorar otras cosas. La vida extremadamente efímera es y por lo tanto, no hay que tratar de atraparla a momentos, hay que sentirla y vivirla sin lamentos.

Por buscar siempre lo mejor, quizá, dejamos ir instantes de perfección divina que, poco a poco, pudieran construir una imagen colorida y brillante de la vida ideal.

Incluso con todo ello, mucho de lo que conocemos es limitado, respecto a lo que podríamos descifrar sí y sólo sí cada día buscáramos el modo de revertir los males y verlos como un felicidad por llegar.

Y es que mucho de lo que notásemos como una falla o error repetitivo en otros, es la simple obsesión de nuestra mente por llegar a eso que no nos gusta y que queremos siempre pensar y delimitar.

Porque siempre te verás envuelta en problemas, siempre él conocerá otras dificultades y ellos siempre dirán lo tan complejo que es dejar de hacer algo por seguir un sueño, cuestión que nos hace remitirnos a que “no es que toda la gente es mala e igual contigo, es que tú nunca cambias tu forma de actuar”, entonces, la vida no es la contradictoria y funesta contigo, eres tú quien no desea renacer como los capullos del jazmín entre el lodo.

Tú yo, entonces, seremos el futuro que construyamos ahora, somos el sueño que imaginamos hace años y fuimos lo que nunca quisimos hoy.

Mientras, tú y yo tocaremos las almas para hacerlas afines a la felicidad que cada uno dispone y compone, sólo para ser eso que los demás querrán valorar para sí mismo.

Ingrávidos ante los juicios externos viviremos condicionados a la felicidad atemporal, esa que muchos conocen pero pocos, como tú y yo, viven.